miércoles, 4 de noviembre de 2009

El Ángel de la Guarda

EL ÁNGEL DE LA GUARDA
Con motivo de la festividad del Ángel de la Guarda, el día 2 de octubre, mi buen amigo, D. Antonio Bataller, capellán del Hospital de Xátiva, nos contó lo que le había sucedido:
"Terminada la guardia, una mañana me disponía a salir de mi trabajo a las 7´30. Suelo bajar la escalera a pie, pero aquel día me había retrasado un poco y tenía prisa, así que tomé el ascensor.
Las puertas se cerraron, pero sin que yo supiera por qué, el ascensor quedó bloqueado y no funcionaba; tampoco las puertas se podían abrir.
Me santigüé, suspiré y miré el reloj; iba a hacer tarde.
Saqué el móvil y llamé para decir que estaba bien, pero me iba a retrasar un poco.
Después llamé a la centalita del Hospital, pero no había nadie, los empleados de la misma comienzan su trabajo a las 8.
Luego marqué un número para emergencias que figuraba en el ascensor, pero tampoco tuve respuesta.
Recurrí a la policía, pero no tenían ningún agente disponible en ese momento.
Por último, me acordé del Ángel de la Guarda, ese "que Dios pone a cada uno de nosotros para que nos guarde en la tierra y nos guíe hacia el cielo". Lo primero, le pedí perdón, por haberle dejado para el último lugar. ¿Cómo había podido ocurrirme eso a mí, siendo sacerdote y tan devoto suyo? Si le rezo cada día, pero en fin...
Una vez pedido perdón, le pedí humildemente su ayuda.
Y entonces, ¡Oh maravilla! las puertas se abrieron y pude salir y bajar por la escalera.
En la planta baja notifiqué rápidamente la avería."
Esto es un hecho real. Gracias, D. Antonio.