viernes, 1 de mayo de 2009

Día de la Madre

Con motivo del Día de la Madre, quiero felicitar a todas las madres del mundo. Os deseo sinceramente que viváis vuestra maternidad con el gozo de sentiros cooperadoras de Dios en su magna e ininterrumpida obra de la Creación.

Como yo también soy madre, sé que no es tarea fácil, pero tenemos una gran maestra que es nuestra Madre del cielo. Ella es nuestro modelo a imitar.

En nuestro mundo de hoy hay muchas cosas en crisis. Una de ellas es precisamente la maternidad. Pido a Dios que vivamos con mucha serenidad y coherencia, con alegría y esperanza, para que nuestro testimonio sea motivo de resurgimiento y entrega amorosa para el mundo.

Quiero compartir con todas las madres, también hijas, un pequeño poema que dediqué a mi madre en su día.

Érase una vez
una madre buena,
de amor a los suyos
era su alma llena.

Algunos –que dicen
querer de verdad–
creen al amado
de su propiedad.

Quien ama de veras
es como mi madre:
se olvido de sí
pensando en cuidarme.

De día y de noche
siempre disponible.
Con Dios a su lado
todo le es posible.

Si alguna vez llora
por mi proceder
– Perdóname, madre,
no lo haré otra vez.

Mi madre sonríe,
ya todo pasó;
solo la comparo
a la Madre de Dios.

– ¿Hasta cuando, madre,
me querrás así?
– Yo te querré siempre,
así soy feliz.