martes, 20 de octubre de 2009

El sueño de Fray Fidel

En un pueblecico
érase una vez
un buen frailecico
llamado Fidel.

Vivía en el convento
desde que era chico,
y de todo el mundo
era gran amigo.

De buena mañana,
como cada día,
toca la campana
lleno de alegría.

Convoca a la Misa,
a las doce, Angelus,
y reza despacio
el Santo Rosario.

Tenía el convento
una fuentecica
de cantar alegre
y agua cristalina.

Allí se reúnen
los niños del pueblo
mientras Fray Fidel
les cuenta algún cuento.

Y aquel frailecico
que hablaba risueño
era tan feliz
cual del mundo dueño.

...

Como es ya muy viejo
el padre prior
le libra de cargas
de mucho sudor.

El buen Fray Fidel
se puso a pensar
pues, ¿qué voy a hacer?
no sé descansar.

Y al caer la tarde
propuso a los chicos
hacer un Belén
y cantar al Niño.

-Aún falta mucho
para Navidad.
-No importa, que es mucho
lo que preparar.

Con una bolita
debarro cocido
hacemos la cara
del Recién Nacido.

El cuerpo, de alambre,
y una camisita;
ya le han colocado
sobre las pajitas.

Los ojos pintados,
la boca y nariz...
el Niño sonríe
y parece feliz.

Pasaban los días,
las tardes, también;
los niños acuden
a hacer el Belén.

Le traen palitos
y alguna madera,
un poco de lana
y trozos de tela.

¡Faltan pocos días
para Navidad!
Voy a darme prisa
para terminar.

Fray Fifel estaba
muy ilusionado
pero aquella noche
se acostó cansado.

Fray Fidel dormía
y a la vez, soñaba
que allí, con María,
el Niño lloraba.

¿Por qué llora el Niño?
-preguntó José.
_¿Qué tienes, mi cielo,
que yo no lo sé?

¿Tienes frío, acaso,?
¿Tienes hambre o sed?
Dime por qué lloras;
yo te cuidaré.

El Angel se acerca
y le dice al oído:
-Yo sé los secretos
del Recién Nacido.

El Niño no llora
de hambre ni sed;
llora por aquellos
que ve padecer.

El mundo es injusto;
los hombres no entienden,
y así, unos derrochan
y otros carecen.

María pregunta:
-¿Se puede arreglar?
Y el Angel responde:
-Es cuestión de amar.

¡Fray Fidel, despierta!
Es de día ya.
¡Toca la campana,
que hoy es Navidad!

-No llores, Jesús,
Salvador bendito,
que quiero ser pobre,
quiero ser tu amigo.

Pues, si siendo rico,
pierdo tu amistad,
¿qué sentido tiene
ya la Navidad?

Hoy, al llegar los niños
quiero contarles,
en vez de cuento, el sueño,
para animarles.

Les diré que no puede,
con falsedad,
vivir un cristiano
la Navidad.

¿Y si no me atrevo?
-piensa el buen Fidel-
Ya los chicos entran
en grande tropel.

-Buen día,Fray Bueno,
pues¿qué tal está?
Tome este regalo,
¡feliz Navidad!

-Pero si yo no...
-Si le va a gustar.
Todos han pensado,
como regalo
pedir al Rey Mago
un dromedario.
y aquí está el dinero
para comprarlo.
-¿Un dromedario?
-O una vaca, quizá,
que dé buena leche
y pueda saciar.
A unos nos sobra,
y a otros les falta,
este año, de Reyes,
pedimos la vaca.
Jesús nos ha dicho:
"A esto he venido,
a salvaros del mal
y del egoísmo"

Fray Fidel le abraza
muy emocionado,
y los niños se agolpan
en torno al anciano.

Y todos contentos,
los grandes y chicos,
en la Navidad
cantan villancicos.